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César Tezeta: “La principal dificultad suele ser recibir dinero por tu trabajo"
DAVID CASAS PERALTA
César Tezeta, ilustrador, diseñador gráfico, historietista, filólogo, poeta, músico en sus ratos libres, se define, ante todo, como dibujante. A pesar de no haber entrado aún en la treintena, ya acumula una larga experiencia en el ámbito de la creación. Una experiencia que se trasluce en cómo nos habla de su trabajo y del panorama artístico en el que se desenvuelve, con la misma extraña mezcla de humildad, seguridad y gran capacidad de síntesis de muchos grandes artistas.
Esta entrevista que reproducimos a continuación es solo un fragmento de una larga conversación que se desarrolló durante tres o cuatro horas, en las oficinas de TAB, unos días antes de su participación como artista invitado en el pasado #MeetupTAB de Artistas, Espacios y Gestores Culturales que tuvo lugar el 28 de octubre de 2014 en Mediab-Prado de Madrid.
El próximo 27 de noviembre, a las 21:00 horas, César Tezeta participará en el proyecto Fast Expos de la sala madrileña Siroco.
Cortesía de César Tezeta
Lo primero que llama la atención de tu currículum es tu carácter polifacético: ilustrador, diseñador, filólogo…
Me gusta la ilustración, pero me considero más dibujante. He trabajado para prensa, algún libro, carteles de conciertos... Pero sobre todo me gusta no tener una línea fija e ir probando. Tengo por ahí alguna historia en cómic. Me interesa mucho la estética del cómic, la animación, el arte urbano, etc.
Eres de Alcalá de Henares, ciudad con un gran pasado cultural pero cuya actual política, en este terreno, parece muy centrada en el turismo familiar de fin de semana procedente de Madrid y alrededores: mercados medievales y cervantinos, fiestas gastronómicas, etc. ¿Cómo ves la cultura de tu ciudad natal?
Yo ahora vivo en Madrid, pero lo que veo en mi ciudad es a mucha gente con ganas de hacer cosas pero sin sitios para hacerlas. Grupos locales que tocan en bares, dibujantes que optan por venir a Madrid por falta de salas de exposiciones, etc. Al final toca exponer en bares, y, bueno, a lo mejor un mesón no es el sitio que a mí me interesa. Hay muchos sitios para picotear, pero no da la impresión de que lo que uno hace trascienda.
Imagino que es inevitable sentir en Alcalá de Henares el efecto embudo de Madrid.
Es cierto que Madrid absorbe, ya que parece que todas las oportunidades están aquí y a veces no nos molestamos en generar nuevas escenas en sitios colindantes. Nosotros leíamos poesía en bares, y eso también puedes hacerlo en Madrid. Al final es como una autocensura: "para qué voy a hacer esto aquí si puedo hacerlo en otro sitio donde va a tener más repercusión". Al final intentamos usar el tiempo que empleamos en actividades que nos sirvan para avanzar. En Madrid hay tantos eventos culturales que apenas sabes cómo elegir, y el ambiente es más propicio: vas a una peluquería de Malasaña y tienen exposiciones de collage, ilustración... Al haber más sitios dedicados a la cultura, buscas acercarte a un entorno que te facilite el desarrollo de tu actividad.
Indudablemente Madrid favorece el poder relacionarte con creadores afines, de la misma o distintas disciplinas. ¿Perteneces a algún colectivo o grupo artístico?
Yo no me muevo con demasiada comodidad en un entorno de artistas. Me gustan más los espacios en los que hay "gente normal que hace cosas". Yo tengo muchos intereses culturales, así que igual escribo un poema o un relato breve, hago un collage o toco la guitarra en casa. En los círculos artísticos se genera la pretensión de que tienes que ganarte tu sitio y ser alguien, luchar por la supervivencia como un animal y tener un discurso innovador y rompedor. Eso genera un entorno opresivo, de miedo a equivocarse. Lo que me gusta es generar sinergias, conocer a un tipo que me gusta lo que hace y colaborar con él, juntar nuestros trabajos. Así hago por ejemplo mi fanzine, en el que colabora igual un ilustrador profesional que una amiga que hace monigotes, etc. Lo importante es la expresión. Yo me muevo mejor por ambientes humildes.
Cortesía de César Tezeta
Madrid vive un momento de gran efervescencia cultural, con la creación de numerosos colectivos y espacios culturales alternativos, con miradas interdisciplinares e horizontales… También con cierto rechazo a las jerarquías culturales y lo institucional, si bien no puedan considerarse del todo antiinstitucionales. ¿Cómo ves este nuevo escenario artístico?
A nivel del artista emergente la gente tiende a juntarse de manera más ecléctica, pero sí es cierto que se generan pequeños grupos y con el tiempo acaba "nombrándose" a un cabecilla, que puede ser el que está generando más atención mediática en cada momento. Yo creo que lo interesante es agruparse de tal manera que todo el mundo pueda aportar y se genere un ambiente de mezcla. Es decir, yo me pongo con amigos a tocar música en casa, por diversión, y no somos músicos, pero algunas personas que aparecen en las revistas tampoco lo son. Esto no ocurre tanto, según mi experiencia, entre los dibujantes. Yo creo que el ilustrador tiende a ser más humilde, porque es una persona que pasa bastante tiempo a solas, dibujando, y que siente gratitud hacia la gente que se acerca a su mundo interior. Al menos esa es mi opinión.
¿Qué obstáculos y dificultades estás encontrando en tu carrera?
La principal dificultad suele ser recibir dinero por tu trabajo. Ahora ha salido una iniciativa, que le he visto a Puño y otros ilustradores, para no trabajar sin cobrar. "No Money, No Drawing". Y es que para desarrollar esta actividad hay que enfrentarse a la gente que piensa que no es un trabajo, sino un hobby. Es algo a lo que dedicas innumerables horas de aprendizaje y desarrollo, tanto de tu tiempo libre como del laboral. Yo llevo unos años ya “empezando” y se hace cuesta arriba ser siempre “uno más", pero es gratificante encontrar sitios donde puedes ser "uno más", en el buen sentido.
También has trabajado para grandes medios. También nos consta que has ilustrado cubiertas de discos. ¿Cuéntanos estas experiencias?
Estuve en El Mundo haciendo prácticas y ahora trabajo para la revista Cuadernos, de Eldiario.es. Siento que hay respeto hacia nuestro trabajo, pero siempre puedes encontrarte sitios donde no te pagan y apenas recibes feedback u opiniones sobre lo que mandas. Depende totalmente de la calidad de la persona que está al otro lado, la que te pide el encargo. Yo en Cuadernos me siento cómodo, porque recibo cada cierto tiempo un telefonazo, un puñado de artículos y me pongo a ilustrar, y el trato es cercano y amable. Pero no puedo coger y llamar al director del periódico, yo me comunico con puestos intermedios. Las jerarquías, ya sabes.
Cortesía de César Tezeta
Hace poco generó gran revuelo entre la comunidad de ilustradores y dibujantes un concurso convocado por la editorial Planeta. Pese a que el proyecto ganador iba a ilustrar el último libro –póstumo- de la gran escritora Ana María Matute, el concurso no ofrecía ninguna remuneración al ganador, que debía conformarse con la difusión que le procuraría el premio. Al final el concurso se suspendió por la cantidad de quejas que suscitó entre los colectivos de profesionales. ¿No estamos llevando demasiado lejos la precarización del artista?
Respecto a esta convocatoria, es tan absurdo como que el dueño de una limusina te pida que le empujes el coche. No solo es insultante para los que estamos empezando sino sobre todo para la gente que ya está establecida y no recibe el encargo porque en la editorial -en la que sea- se han propuesto no gastarse un duro. Ya hay muchos sitios cogidos en los que uno no puede entrar, pero si encima los llenan con gente que no cobra... se desbarata el sistema. Yo veo difícil conseguir posicionarme, pero a la vez me siento ilusionado, porque lo que uno tiene ganas es de colaborar, de aportar algo, de ver sus dibujos en distintos medios.
Has hablado de “sitios cogidos”. ¿Qué tal andamos de competitividad real en el sector de ilustradores? ¿Hay enchufismo como en otros ámbitos de la sociedad?
El enchufismo existe, por supuesto, pero yo creo que esto funciona más por contactos, dándote a conocer en distintas esferas y grupos sociales. La "competitividad" en el sentido político significa que se pague menos, que se despida a gente, que se intente conseguir el trabajo gratis pidiendo pruebas u organizando concursos. Los sueldos que se pagaban antes yo jamás los he olido. Sin embargo, mi concepto de competitividad es más similar al de los raperos: "me encanta este tipo, voy a hacer algo todavía más guapo". Esto genera ganas de hacer más trabajos y hacerlos mejor.
Sin embargo, la falta de recursos lleva inevitablemente a un empobrecimiento del panorama… O al exclusivo apoyo a las propuestas más afines y cercanas a lo institucional y oficial, cerrando puertas –o el grifo- a lo emergente y/o alternativo.
Yo creo que el surgimiento de una o múltiples culturas alternativas es muy importante. No se debe medir la calidad cultural de un país por el número de autores con el premio Nobel o la calidad de un artista en función de dónde y si publica. No creo que haga falta institucionalizar las cosas para que existan. En Alemania me llevé la sorpresa de que no hacía falta rascar mucho para encontrar gente muy aficionada a la música, el teatro, el dibujo... y que estaban muy activos. Yo creo que en España también hay muchísimo potencial y creo que esta época lo está despertando y haciendo surgir. Eso sí, fuera del sistema, fuera de los círculos en los que se mueve el dinero.
En España tenemos productos culturales cómodos, comerciales, y a la vez artefactos culturales experimentales muy interesantes. Pero es cierto que falta educar al público, porque muchas veces no conoce lo clásico, así que no hablemos de enfrentarse a algo nuevo.
Cortesía de César Tezeta
Has hablado de un tema que nos interesa muchísimo: la creación de público, así como la necesidad de educarlo. ¿Qué medidas adoptarías si tuvieras que dirigir un centro cultural?
Daría oportunidades. Ayudaría a la gente que está empezando, trataría de mezclar temáticas, artes y disciplinas. Hacer que comulguen, que se mezclen. Cuando la gente que no sabe dibujar se pone, a menudo salen cosas nuevas. O gente que no sabe y se pone a hacer música. Estas gentes son a veces las que presentan nuevas ideas, fuera de la ortodoxia. Además si tienes a gente que tiene conocimientos de la cultura actual y la pones a jugar con gente espontánea, al final se acaban desarrollando proyectos interesantes.
No hemos hablado de tu experiencia como lector…
Yo soy muy ecléctico. Me gusta investigar en la obra de mis autores favoritos -lo cual a menudo lleva a profundas decepciones-, a la vez que mezclar épocas, escritores y estilos. Me gusta unir referentes en torno a ideas similares. Por ejemplo me fascinan las distopías y he leído bastantes. Creo que si mezclas diferentes elementos esto te da una multitud de perspectivas diferentes, lo cual ayuda en la creación y sirve para definir qué postura queremos tomar a la hora de ponernos a crear. Ahora hay ilustradores que en vez de dibujos trabajan con dioramas y fotografía. No es algo nuevo, pero es interesante ver adónde lo puede llevar esta gente. Creo que es importante buscar siempre una nueva vuelta de tuerca a cada profesión.
¿Cuáles son tus relaciones con la tradición?
A mí me gusta la tradición si nos referimos a artesanía, a entender los estilos de vida y las mentalidades anteriores. Tradición es conocer la cultura propia, pero no es imponer a los chavales del instituto los cinco autores literarios más destacados y ya está. Hay que saber cómo adaptar esto a nuestra vida. Yo soy partidario de romper las tradiciones, de mezclarlas. Algo así como partir de un sitio mío para llegar a un espacio ajeno, aprender de él y mezclarlo con lo mío. Además hay que estar abierto a la innovación. En el fondo lo que me gustaría es conocer la cultura pero también romperla, joderla y recomponerla a nuestro antojo. La tradición cultural no son los grandes autores sino una visión del mundo que te han puesto encima. Tenemos que librarnos de ella y ver dónde hemos nacido pero también qué es lo que nos gusta, qué queremos añadir.
Cortesía de César Tezeta
De pronto me acuerdo de Alcalá de Henares y su casi monocultivo, en lo cultural, del pasado renacentista y cervantino, como si ante este todo lo que pudiera proponer ahora mismo fuera algo accesorio, secundario.
Es normal que se intente preservar la cultura. Hay que conocerla, pero por otro lado hay que dejar que entre aire fresco. Tenemos un cuarto cerrado y debemos dejar que entre gente que no conocemos y cambie las cosas de sitio. La literatura, el arte, lo que hace es tirar tabiques en el cerebro y permitirte trabajar desde otra perspectiva.
Por último, me gustaría hacerte una pregunta que quizás te pille desprevenido pero que para mí es fundamental, pues a veces creo que la mejor definición del arte se compone de la suma de todas las definiciones que sobre él puedan hacerse. ¿Qué es para ti el arte?
(Risas.) Hay tantas maneras de aproximarse a una definición que me llevaría mucho tiempo darte una respuesta con la que me quede contento. El arte tiene algo de novedad, pero también es algo del pasado (o del presente) que llega hasta ti de repente y genera un diálogo. Igual puede ser la puerta de una casa que una pintada callejera, etc. Lo que tengo claro es que no son las galerías ni los museos quienes definen lo que sí es arte.
Para más información de César Tezeta, consulta su página personal aquí.
