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Mikha-ez: La persistencia de la geometría.
Todo en la vida se desarrolla entre el espacio y el tiempo. Absolutamente todo. La obra de Mikha-ez, interioriza estos dos elementos fundamentales.
Mikha-ez permite que los espacios se invadan los unos a los otros, que las manchas, que flotan sobre el metacrilato irrumpiendo las inhóspitas superficies lacadas de madera, se transformen recreando un nuevo espacio. Todo se configura a partir de un vacío inicial, de la nada mas abstracta, instaurándose en la medida de lo posible, un orden que trata de abarcar la infinidad de un espacio que va creciendo y metaformoseándose.
Emplea las formas más esenciales, que no son mas que referencias de la propia materialidad. Presupone unos ideales del orden y la perfección, una armonía de las formas y la atmósfera creada por los elementos plásticos que sumergen a uno en un ambiente de ligereza y calma que invita a la contemplación más absoluta. Trata de restaurar el espacio. De modificar el entorno ocupado por la obra, de interactuar con el espacio y sus elementos.
Mikha-ez entiende el ‘espacio’ como una extensión matérica, en la cual se sitúan los objetos sensibles, y en donde se crean relaciones espaciales entre ellos. Indaga, a través de su obra en estos aspectos tan esenciales y que albergan tanta inquietud.
Con la armonía de las esferas, los Órficos estructuraron el mundo. Mikha-ez, con su armonía de los espacios, estructura nuestros sentidos oníricos, filosóficos, metafísicos.., nos enseña que los espacios pueden sufrir de un orden o un caos al mismo tiempo. Asume el espacio y el tiempo como límites de su propia búsqueda.
La obra de Mikha-ez, nos hace recordar en cierta medida la teoría propuesta por Martin Heidegger en su obra capital “Sein und Zeit” (”Ser y Tiempo”) de 1927. Heidegger aborda la cuestión del Ser: ¿Qué significa que una entidad sea?, o ¿cuál es la razón por la que hay algo en lugar de nada? Cuestiones fundamentales de la ontología acerca del espacio, entendiendo este como un elemento que permite la existencia de la entidad del Ser. El espacio como creador de todo cuanto ‘es’.
El sentido de Ser que busca Heidegger es el buscado también por Mikha-ez. El tiempo y el espacio son los límites de sus obras, donde todo se relaciona en busca de un sentido, de un orden final que esclarezca el entendimiento de un ‘espacio’ tan cambiante.
La identidad del Ser Ahí en la obra de Mikha-ez y de Martin Heidegger no se consigue, pues en ambos casos siguen vivas y evolucionando, tanto en “Sein und Zeit” como en la obra de nuestro artista. Pero los dos consiguen transmitirnos la idea de que todo confluye, de que todo gira alrededor y dentro del parámetro llamado tiempo y espacio, unos limites fundamentados en un orden geométrico, un orden que intenta instaurar una lógica a algo que tal vez carezca de ella. Y no es fácil el conocimiento de algo tan deliberadamente abstracto como lo es el ‘espacio’.
En la gran mayoría de las obras de arte, el espacio entre identidades se deja notar, se deja sentir, ya sea por propia voluntad del artista o porque este no puede conseguirlo de otra manera. En la obra que nos ocupa, el espacio es algo libre, que en el cuadro o en la misma composición, es violado por si mismo, interactuando ontológicamente, pero también fenomenológicamente. Y digo fenomenológicamente, porque los objetos se dejan ver, permitiéndole a uno existir al verlos y reconocerse a través de ellos, pues es conocido por todos, que el Ser Ahí se reconoce así mismo al ver otro Ser Ahí. El propio eco subyacente del espacio nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia.
Por lo tanto, al ver la obra de Mikha-ez uno se reconoce a si mismo a través de sus piezas, abriendo una gran infinidad de preguntas acerca de la existencia y el desarrollo de esta en el espacio. En ese espacio vejado por el caos y tan sutilmente ordenado.
El Ser humano siempre se ha preguntado a lo largo de la historia acerca del universo, el cosmos, ‘el espacio’. Es totalmente comprensible y aceptable que tengamos estas preocupaciones, ya que el espacio hace posible que todo cuanto nos rodea exista, el espacio es el contenedor de toda existencia.
Es difícil para la mente humana aceptar la nada o la infinidad. Son conceptos que escapan a nuestro entendimiento. Por ello que nos sea dificultoso la compresión del espacio o de la ausencia de este.
Mikha-ez, de una forma segura y contundente, aborda todo este echo creador a través de la persistencia de la geometría en el espacio, premisa del orden que establece toda relación. Y entender esto, es comprender nuestra existencia, ya que sin espacio no habría nada.
Texto: Antonio Sandoval. Imagen: Mikha-ez
Articulo publicado en la revista Sie7e.
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